jueves, 24 de diciembre de 2009

Minotto Di Cicco

Minotto Di Cicco (11 de octubre de 1898, Montevideo - 9 de setiembre de 1979) fue un director de orquesta, bandoneonista y compositor uruguayo considerado una importante figura del tango. Su verdadero nombre era Minotti Di Cicco pero para su actuación artística lo adaptó para que sonara mejor.
Primeros años


Di Cicco estuvo vinculado desde su infancia con la música pues su hermano Ernesto era bandoneonista y otro de nombre Fioravanti, pianista. Comenzó a estudiar piano y solfeo a los doce años, luego pasó a practicar el acordeón y finalmente el bandoneón que aprendió a tocar con el director de orquesta Alberto Rodríguez, que más adelante integró la orquesta de Osvaldo Fresedo.
Debutó profesionalmente con el pianista Carlos Warren y el violinista Ataliva Galup en el café "Petit Salón" de la ciudad de Montevideo. En 1915 formó un trío en el que ejecutaba el bandoneón acompañado por el piano de Alberto Alonso y el violín de Luciano Aturaola con el que actuaban en el Bar Trianón de la calle Andes entre San José y Soriano de Montevideo. Más adelante se incorporó también el violinista Federico Lafémina y pasaron al Café Nuevo de la calle 18 de julio y Ejido, donde trabajaron con éxito varias temporadas. En 1917 los violinistas pasaron a ser Juan José Castellanos y Juan Trócoli y con el nombre de Orquesta Alonso-Minotto viajaron a Buenos Aires y grabaron para la Víctor diez y ocho temas, entre los cuales estaban "La cumparsita" y Marquezito, un tango de Minotto.
Al regresar a Montevideo la orquesta trabajó en el "Moulin Rouge" y luego Francisco Canaro lo llamó para cubrir el puesto dejado por Osvaldo Fresedo; fue así que Minotto integró la orquesta gigante Firpo-Canaro que animó los carnavales de 1918 en Rosario.
A fines de 1921 Minotto formó su propio conjunto con esta integración:
• Fioravanti Di Cicco (piano, reemplazado luego por Francisco De Caro);
• Minotto, Ernesto Di Cicco (bandoneón)
• Eustaquio Laurenz (bandoneón)
• Horacio Zito (violín)
• Juan Trócoli (violín)
Más adelante también se incorporó el violinista Julio De Caro.
En 1922 la Orquesta Minotto hizo grabaciones para la Víctor con maxixas, pasodobles y los tangos: "Fruta prohibida", de Enrique Delfino, "Pura espuma", de Emilio Ferrer, y "Picaflor", de Pascual Mazzeo en tanto continuaba sus presentaciones en Montevideo. Más adelante Minotto se radicó en Buenos Aires y comenzó a trabajar en el cine Select Buen Orden y luego en el Select Suipacha y en el Bar Richmond de la calle Florida.
En 1923 Minotto dejó la orquesta para volver a tocar en la orquesta de Francisco Canaro reemplazando a Anselmo Aieta en pareja con Juan Canaro. Luego de realizar un viaje a Europa hizo en enero de 1924 un concierto de bandoneón solista en la Radio Paradizábal de Montevideo.
Falleció en Montevideo, ya retirado, el 9 de septiembre de 1979.



miércoles, 23 de diciembre de 2009

Daniel Maza

Daniel Omar Correa Suárez, apodado Maza en su juventud, (nacido en 1959 en el barrio montevideano de Cerro, Uruguay) es un reconocido bajista uruguayo.


Se dedicó a varios estilos musicales, pero actualmente se dedica al bolero, el jazz y el funk. Trabajó durante muchos años con Luis Salinas.




martes, 22 de diciembre de 2009

César Amaro

César Amaro (Montevideo, 25 de octubre de 1948) es un guitarrista uruguayo, alumno del Maestro Abel Carlevaro.


Sus giras en diversos festivales por el mundo lo sitúan como un referente de la música clásica. Ha realizado conferencia, conciertos y homenajes sobre Agustín Barrios por todo el mundo.(Suiza, España, Italia, Alemania) Es considerado uno de los primeros en difundir el arte de Barrios desde el año 1962 cuando muy pocos aún lo promocionaban. Tiene muchas grabaciones y además 3 discos sobre su música incluyendo 6 piezas inéditas, aún no publicadas de las cuales él posee los manuscritos. Leyenda Guaraní, Luisito, Rancho quemado, Vidalita con variaciones, Romance de la India Muerta y Grano de Arena. Además Amaro es Asesor Artístico del Movimiento Agustín Pío Barrios de San Juan Bautista de las Misiones Paraguay, lugar donde nació dicho compositor. Fue nombrado el pasado 4 de mayo de 2007.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9sar_Amaro

El Club de Tobi

El Club de Tobi, Cuarteto de Cuerdas uruguayo iniciada en 1996 por Mario Gulla (violín), Fernando Rosa (violín), Fernando Luzardo (viola) y Bruno Masci (Cello). Se caracteriza por un repertorio musical popular que va desde el Rock hasta el folclore y la experimentación sonoro musical.



Trayectoria

Constituido como un cuarteto de cuerdas clásico (2 violines, viola y cello), El Club de Tobi se forma en 1996 comenzando a tocar en la vía pública montevideana, en la Peatonal Sarandí y en el underground uruguayo.
Su repertorio está constituido básicamente por temas del cancionero popular rioplatense por lo que ejecutan versiones de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, pero también incluyen a músicos como Jimi Hendrix, The Beatles, Bob Marley, entre otros.
Con un sonido particular, El Club de Tobi se gana un espacio en la escena musical montevideana y comienzan a tocar en pequeños teatros y auditorio informales.
Debido a su ductilidad escénica y a lo ecléctico de su repertorio, El Club de Tobi ha compartido escenarios con Charly García, Skay Beilinson en el mega festival de Córdoba Cosquín Rock
Siempre experimentando, El Club de Tobi ha musicalizado el clásico del cine surrealista Un Perro Andaluz de Luis Buñuel con notable éxito en Cinemateca Uruguaya.
Graban a finales del 2007, su primer disco en vivo. La grabación fue durante un espectacular show en el teatro Solís. El nombre del nuevo disco "Marimbondo" (Koala Records - Sony BMG)

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/El_Club_de_Tobi

lunes, 21 de diciembre de 2009

Daniel Viglietti

Daniel Alberto Viglietti Indart (n. 24 de julio de 1939, Montevideo) cantante, compositor y guitarrista es uno de los mayores exponentes del canto popular de Uruguay.


Nacido el 24 de julio de 1939 en el seno de una familia de músicos - su madre es la pianista Lyda Indart y su padre el guitarrista Cédar Viglietti -. Desde niño entra en contacto con la música clásica y popular y estudia guitarra con los maestros Atilio Rapat y Abel Carlevaro. Adquiere así una sólida formación como concertista para luego dedicarse, en los años 1960, principalmente a la música popular.
Durante esta década desarrolla una intensa actividad como autor-compositor, cantor, docente y locutor en radio, que se inscribe en una creciente movilización popular en Uruguay. Participa en el semanario Marcha, y crea y dirige el Núcleo de Educación Musical (Nemus). Su primera obra discográfica es “Impresiones para canto y guitarra y canciones folclóricas” en 1963, a la que le seguirán cinco producciones más hasta 1973.
Su obra adquiere un carácter radical de fuerte contenido social y de izquierda, con letras asociadas a las luchas populares en Uruguay y en Latinoamérica. En el marco de represión de los movimientos de izquierda que precedió al golpe de estado cívico-militar de 1973, Viglietti es preso en 1972. La campaña por su liberación desde el exterior fue encabezada por nombres como Jean Paul Sartre, François Mitterrand, Julio Cortázar y Oscar Niemeyer.
En 1973 comienza su exilio en Argentina, que después continuará en Francia donde vivió por 11 años. Durante el exilio compone menos, todas las canciones de entonces sólo se publican a su regreso, en un disco grabado en vivo, "no por casualidad" titulado "Trabajo de Hormiga". No obstante, continúa un intenso trabajo periodístico y radiofónico, y sobre todo recorre el mundo en giras musicales solidarias, llevando su canto y denunciando la dictadura en el Uruguay y varios países de Latinoamérica.
Su exilio termina con su regreso a Montevideo el 1 de septiembre de 1984, donde es recibido por miles de personas en un recital que recuerda como "el más emocionante en 40 años de carrera". Desde entonces edita y reedita numerosos trabajos entre los que se destaca, en particular, el titulado A dos voces con Mario Benedetti en 1985, reflejo discográfico de numerosos recitales realizados junto al gran poeta uruguayo durante el exilio compartido por ambos.
Durante muchos años, fue imposible encontrar sus discos de antes de la dictadura, debido a la compra del sello Orfeo por multinacionales de la música con otros intereses y a los contratos leoninos que lo ligaban a este sello. Recién en 1999, después de un largo juicio, Viglietti logra recuperar sus derechos. Remasterizados por él mismo, sus discos de los 60 y 70 son entonces re-editados en CD por el sello Ayuí - Tacuabé.
Su obra
Su obra musical se caracteriza por una particular mezcla entre elementos de música clásica y del folclore uruguayo y latinoamericano. Desde "Hombres de nuestra tierra", su segundo disco a dos voces con Juan Capagorry, inicia un trabajo compartido con escritores, musicalizando luego poemas de Líber Falco, César Vallejo, Circe Maia, los españoles Rafael Alberti y Federico García Lorca, el cubano Nicolás Guillén entre otros.
Entre sus composiciones más conocidas están A desalambrar, Canción para mi América, Milonga de andar lejos y Gurisito. Su obra tiene proyección mundial, siendo interpretada por cantantes de varias nacionalidades, como Víctor Jara, Amparo Ochoa, Isabel Parra, Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Chavela Vargas y Soledad Bravo entre muchos otros.




sábado, 19 de diciembre de 2009

Alfredo Zitarrosa

Alfredo Zitarrosa (n. 10 de marzo de 1936 en Montevideo, Uruguay; m. 17 de enero de 1989 en la misma ciudad) fue un cantante, compositor, poeta, escritor y periodista uruguayo, considerado una de las figuras más destacadas de la música popular de su país y de toda América Latina.



Hijo natural de Jesusa Blanca Nieve Iribarne (Blanca), que con 19 años lo dio a luz en el Hospital Pereira Rossell, de Montevideo, es anotado como Alfredo Iribarne.

A poco de nacer, en circunstancias especiales, su madre lo "dio a criar" al matrimonio compuesto por Carlos Durán, hombre de varios oficios, y Doraisella Carbajal, por ese entonces empleada en el Consejo del Niño, pasando a ser Alfredo "Pocho" Durán, viviendo con ellos en diversos barrios de esa ciudad, trasladándose luego, entre 1944 y fines de 1947, al pueblo de Santiago Vázquez, con frecuentes visitas a la campaña cerca de Trinidad, capital del departamento de Flores, de donde era oriunda su madre adoptiva. Se ha señalado que esta experiencia infantil lo marcó para siempre, notándose en su repertorio la inclusión mayoritaria de ritmos y canciones de origen campesino, fundamentalmente milongas.

Regresó con su familia adoptiva, por breve tiempo, a Montevideo, para luego pasar a vivir, al comienzo de su adolescencia, con su madre biológica y el esposo de ésta, quien a la postre le diera su apellido, el argentino Alfredo Nicolás Zitarrosa, y su hermana recién nacida, al paraje denominado actualmente Rincón de la Bolsa, en el km. 29,500 de la vieja ruta a Colonia, departamento de San José. Afincado allí, cursaba el Liceo en Montevideo, adonde finalmente se trasladó en su temprana juventud, viviendo primero con el matrimonio Durán y luego en la pensión de la señora Ema, sita en la calle Colonia esquina Médanos (hoy Barrios Amorín), para ocupar después la famosa buhardilla de la casa que funcionaba también como pensión y era propiedad de Blanca Iribarne, su madre, ubicada en la calle Yaguarón (hoy Aquiles Lanza) 1021, enfrente de la plaza que actualmente lleva su nombre y a la vista del Cementerio Central. Trabajó, entre otros menesteres, como vendedor de muebles, de suscripciones a una sociedad médica, de oficinista y en una imprenta. Tiempo después, recordaría con especial afecto al que fuera su primer empleador, un tal Pachelo, que le fue presentado por uno de sus compañeros habituales de viaje en sus traslados diarios a Montevideo, durante la época liceal.

Se inició en las lides artísticas en 1954, como locutor de radio, incursionando como presentador y animador, libretista e informativista, e incluso como actor de teatro. Fue también escritor, poeta y periodista, destacándose, en esta última actividad, su labor en el semanario Marcha.

Encontrándose en Perú, forzado por las circunstancias y un poco fortuitamente, debutó profesionalmente como cantor en 1964, exactamente el día 20 de febrero, en un programa que se emitía por el Canal 13, Panamericana de Televisión, comenzando así una carrera que nunca se interrumpiría. Zitarrosa relata así su experiencia: "No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de TV, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos…"

Poco después, al pasar por Bolivia de regreso a Uruguay, realizó varios programas en Radio Altiplano de la ciudad de La Paz, debutando posteriormente en Montevideo, allá por 1965, en el Auditorio del SODRE (Servicio Oficial de Difusión Radioeléctrica). Su participación en este espacio le sirvió de peldaño para ser invitado, a principios de 1966, al ya reconocido Festival de Cosquín, en Argentina, al que volvería en 1985.

Desde el principio, se estableció como una de las grandes voces del canto popular latinoamericano, con claras raíces de izquierda y folclóricas. Cultivaba un estilo contenido y varonil, y su voz gruesa y un típico acompañamiento de guitarras le dieron su sello característico.

Adhirió al Frente Amplio de la izquierda uruguaya, lo que le valió el ostracismo y finalmente el exilio durante los años de la dictadura. Sus canciones estuvieron prohibidas en Argentina, Chile y Uruguay durante los regímenes dictatoriales que gobernaron esos países. Vivió entonces, sucesivamente, en Argentina, España y México, a partir del 9 de febrero de 1976.

Levantada la prohibición de su música, como la de tantos en la Argentina luego de la Guerra de Las Malvinas, se radicó nuevamente en Buenos Aires, donde realizó tres memorables recitales en el Estadio Obras Sanitarias los primeros días del mes de julio de 1983. Casi un año después volvió a su país, donde tuvo una histórica y masiva recepción el 31 de marzo de 1984, la que fue descripta por él mismo como «la experiencia más importante de mi vida».

Entre las canciones que se convirtieron en grandes éxitos figuran Doña Soledad, Pa'l que se va, Crece desde el pie, Recordándote, Stéfanie, Adagio en mi país, Zamba por vos, El violín del Becho y el poema por milonga Guitarra negra.

Como poeta, fue galardonado por la Intendencia de Montevideo con el Premio Municipal de Poesía de 1959, por el libro Explicaciones, que nunca quiso publicar.

En 1988 vio la luz su libro de cuentos Por si el recuerdo, con relatos escritos en distintos momentos de su vida.

Su vida en sus creaciones

Como todo creador, Alfredo Zitarrosa nutre su obra de fuentes diversas. Aun así, en su caso particular es de destacar el alto componente autobiográfico, o la exposición de vivencias personales, que aparecen en sus creaciones.

Así tenemos, por ejemplo, que en el tema Pájaro rival refleja una honda preocupación existencial y hasta tiene una intuición premonitoria de su muerte próxima, ocurrida poco después de finalizar la grabación del disco donde está incluido, Sobre pájaros y almas, editado póstumamente en 1989:

Por sanar de una herida
he gastado mi vida
pero igual la viví
y he llegado hasta aquí.
Por morir, por vivir,
porque la muerte es más fuerte que yo
canté y viví en cada copla
sangrada querida cantada

nacida y me fui...

Esa herida de la que habla, más allá de la duda existencial común a cualquier ser humano, tiene que ver con su particular historia personal, la que se refleja en Explicación de mi amor, una canción donde reúne elementos de los tres padres que tuvo, fundamentalmente del biológico, que lo negó, y cuya sombra lo persiguió toda su vida:

Mi padre serás, como fuiste mi padre,
un gameto en la grieta cerrada del tiempo...
Mas mientras te busque en las cosas,
en tanto regreses sin que yo te llame o te olvide,
te pido que limpies mi amargo dolor;
por favor, que no sigas muriendo.

O de lo vivido con su padre adoptivo, Carlos Durán, al que acompañó en sus últimos días. Años después, así recordó el episodio: "Carlos no era mi padre y yo lo sabía. Era muy viejo para ser mi mejor amigo, pero cuando ya viudo me pidió que no lo abandonara, sentí que más que mi padrastro era mi hermano, y lo acompañé hasta el final, y lo enterré, con la ayuda de sus sobrinos auténticos, después de rescatarlo, desnudo, de la morgue del Hospital Militar. Su ataúd sonó como un bramido al dar un tumbo en el fondo del Panteón Policial del Buceo". (Se refiere al cementerio ubicado en el barrio montevideano conocido como El Buceo.)

...voz ronca de un órgano ya enmudecido,
ahí estás, larga caja de pino.

Rinde homenaje al mismo Carlos Durán, que había sido, entre otros oficios, policía ('milico', en el lenguaje popular) por necesidad, dedicándole uno de sus temas más emblemáticos, la Chamarrita de los milicos. Él lo explica de esta manera: "(…)Fue escrita de un tirón en la mesa de un bar de Bvar. Artigas y 18 de julio, el 27 de enero de 1970. Ese día había nacido mi hija Carla Moriana y yo sentía que le estaba escribiendo al que no pudo ser su abuelo, mi padre adoptivo, Carlos Durán, quien siendo hijo de coronel ‘colorado’, había terminado de ‘milico’ en los años 40. Pobres como éramos, yo recuerdo el gran revólver de mi padre, descargado, que él guardaba en un cajón del ‘trinchante’, después de quitarse ‘las correas’, cada noche o cada mañana, según las guardias. Las balas, siempre separadas, olían a todas las cosas que allí guardaba mamá. Yo no podía imaginarme de qué modo se abrían, ni qué demonios tendrían adentro que eran tan peligrosas. Pero eran, esas balas y ese revólver, el lujo subalterno de aquella humilde casa, una prenda del Estado -así me decían- que mi padre portaba como una penitencia no exenta de cierto orgullo vacilante."

Chamarrita cuartelera,
no te olvides que hay gente afuera,
cuando cantes pa’ los milicos,
no te olvides que no son ricos,
y el orgullo que no te sobre,
no te olvides que hay otros pobres.

En gran parte de sus canciones pone de manifiesto, también, su conocimiento del campo y el medio rural, adquirido durante su infancia en sus frecuentes visitas a los hermanos de su madre adoptiva, particularmente su tío José Pepe Carbajal. Dijo él al respecto: "Todas las vacaciones, en el tiempo de verano, yo me iba al centro mismo del país, a la ciudad de Trinidad, capital del departamento de Flores, que -tal vez- es el más atrasado de estos departamentos del interior del país; una zona eminentemente ganadera, de grandes latifundios (…) Allí yo he pasado los tres meses de verano, desde que recuerdo hasta los 12 años, desde muy pequeño hasta los 12 años. Allí, claro, aprendí todo lo que sé del campo, aunque más tarde viviera en el campo también, pero ya de adolescente. Aprendí a montar a caballo, a ordeñar; cosas del campo... a cazar".

Esta frecuentación hizo que tomara especial preferencia por la música campera, y que su personalidad se impregnara de rasgos campesinos, dándole algo más que elementos para sus creaciones. La milonga Mi tierra en invierno es una de ellas, en la que demuestra conocer muy bien distintas facetas del quehacer rural.

El apego al caballo y su especial cuidado, como elemento imprescindible en las tareas cotidianas:

…y aunque el caballo esté sano,
lo cuida de la garganta
que, aunque el caballo no canta,
lo ha de tener siempre a mano.
Las tareas con el ganado:

...porque llegado setiembre
será tiempo de castrar,
de marcar y descolar...

Las plagas:



...Hay que vigilar la hormiga
que hace pirva en campo llano...

O los tiempos de cosecha:

...se trilla el trigo en diciembre.

Alfredo Zitarrosa en 1968.En su temprana juventud, conchabado ya como locutor en la radio, en Montevideo, comienza a despertar su vocación artística y su gusto por la bohemia, y la noche y sus fantasmas. Son tiempos de experimentos diversos, en los que pone a prueba su capacidad en diferentes quehaceres del arte. La parte medular de esa etapa de su vida transcurre en el Barrio Sur, donde habita en una casa frente a una plaza, a la que también da el cementerio; ese lugar -barrio de negros, de candombe, de carnaval, de llamadas, de gente humilde, solidaria y fraterna- deja su impronta en la sensibilidad del joven Alfredo Zitarrosa, que tiene, desde siempre, una inclinación particular: quiere parecer mayor, mostrarse como una persona seria y circunspecta, por el gusto de hacerlo y también, quizá, porque siempre aparentó tener menos años de los que tenía. Llegaba a tal punto esta obsesión, que hasta se puso anteojos, que no necesitaba, para aumentarse la edad. Con el tiempo, y ya en su oficio de cantor, siempre se presentaría en sus actuaciones, en el lugar que fuera, vestido a la manera tradicional, con traje y corbata y con una apariencia rigurosamente formal.

Aparecen elementos y circunstancias relativos a esta etapa de su vida en varias canciones, una de ellas es Coplas del canto, donde afirma:

De tanto vivir frente
del cementerio
no me asusta la muerte
ni su misterio.

Y es una de sus canciones más reconocidas, Candombe del olvido, compuesta muchos años después, la que se inspira casi por completo en la evocación de ese tiempo:

Ya no recuerdo el jardín de la casa,
ya nadie me espera en la plaza.
Suaves candombes, silencios y nombres
de otros; se cambian los rostros.

Quién me dará nuevamente mi voz inocente,
mi cara con lentes.
Cómo podré recoger las palabras habladas,
sus almas heladas.
Qué duros tiempos, el ángel ha muerto,
los barcos dejaron el puerto.
Tiempo de amar, de dudar, de pensar y luchar,
de vivir sin pasado.
Tiempo raudal, una luz cenital
cae a plomo en la fiesta de Momo,
tiempo torrente que fluye;
por Isla de Flores llegan los tambores.
Fuego verde, llamarada,
de tus roncos tambores del Sur,
techos de seda bordada.
...el candombe es una planta que crece,
y hasta el cielo se estremece.

Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del teléfono, distintos bajo los dedos índices, las fotos, el termómetro, los muertos y los vivos, los pálidos fantasmas que me habitan, sus pies y manos múltiples, sus ojos y sus dientes, bajo sospecha de subversión... Y no halló nada... No pudo hallar a Batlle, ni a mi padre, ni a mi madre, ni a Marx, ni a Arístides, ni a Lenin, ni al Príncipe Kropotkin, ni al Uruguay ni a nadie... ni a los muertos Fernández más recientes... A mí tampoco me encontró... Yo había tomado un ómnibus al Cerro e iba sentado al lado de la vida.

Fragmento de El violín de Becho:

Porque a Becho le duelen violines
que son como su amor, chiquilines;
Becho quiere un violín que sea hombre,
que al dolor y al amor no los nombre.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Salón Illusión (Zona Cno. Maldonado)

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Tel.: 094 700 514 - 096 628 366

Fiestas del domingo 16 de Agosto del 2015

En este día del niño empezamos de mañanita en el Hospital Pereira Rosell, en una linda fiesta que prepararon los funcionarios para todos los...